En Chile se suceden varias festividades que a la persona, por gusto o no, debe estar varias horas despierta. Otro grupo se presenta con mucho sueño.
Una mujer de nombre Hildegarda, escribió lo siguiente sobre el sueño: “Si alguien duerme demasiado, seguramente tendrá después malas y diversas fiebres; y a veces se le niebla la vista, porque sus ojos al dormir han estado demasiado tiempo cerrados; como si alguien contemplara demasiado tiempo el resplandor del sol y se produjera después una ceguera. Si alguien duerme con moderación tendrá después buena salud. Quien está despierto demasiado tiempo cae en debilidad de cuerpo y a veces pierde sus fuerzas o el conocimiento, y la carne que está alrededor de sus ojos le duele y comienza a ponerse roja y a cerrarse. Sin embargo no se daña la vista de los ojos, la percepción o la pupila. Quien está despierto con moderación tendrá salud. Con frecuencia ocurre que un hombre está despierto y no puede dormir, cuando su ánimo está ocupado por diversos pensamientos, sensaciones y contrariedades o está poseído por una gran alegría ya que cuando está ocupado en la ira, el temor, la tristeza, las preocupaciones, o en otros pensamientos diversos, se vuelve inquieta y las venas que debían recibir el suave viento del sueño, se contraen un poco y no lo pueden recibir. Y cuando una persona ha oído o visto algo, o le ha sucedido alguna cosa por lo que pueda estar extraordinariamente feliz, sus venas se vuelven a la alegría y no son capaces de conservar el viento suave. Esta persona no conserva una temperatura correcta y permanece insomne hasta que su mente se ha tranquilizado. Y si las venas vuelven a su moderación, esa persona duerme. Cuando está agotada por una grave enfermedad, la sangre y los humores que tiene se vuelven contrarios y crean en ella agitaciones y tormentas, por así decir, y por estas contrariedades no puede descansar. Contra su voluntad permanece insomne y despierta en vez de estar dormida. Cuando una persona duerme tiene una percepción visual distinta de la que tienen cuando está despierta. Por eso cuando se despierta del sueño, al haber estado dormida, no puede acostumbrarse rápidamente a la claridad, y, cuando está en la oscuridad, no es capaz de adaptarse rápidamente a la claridad. Del mismo modo quien está en la claridad no puede cambiar rápidamente su visión en la oscuridad hasta que no pasa un rato; como cuando uno hace sonar las palabras y el pensamiento queda oculto dentro” (Libro de Medicina Compleja. Liber Compositae Medicinae).
Entreguemos lo justo a nuestro cuerpo 6 u 8 horas diarias para dormir.
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