El ser ayurvédico toma, recopila, considera los aportes de sus ancestros y les otorga un sentido más completo al presente, al ahora. Les otorga importancia a los elementos agua, tierra, aire, fuego y éter.
Los elementos tierra, agua, aire y fuego, unidos entre sí, provocan interesantes cambios en el ser humano.
El aire es gaseoso.
La tierra es sólida
El agua es líquida
El fuego es energía
La combinación de ellas permitió nuevos elementos que hoy son de uso común: sulfato de sodio, fósforo, ácido sulfúrico, etc.
Esta idea fue la que manejaban los griegos y se usó durante siglos.
Para el Taoismo se considera además el metal y la madera, pero el aire no se considera.
El Hinduismo considera tierra, agua, aire y fuego, agregando el éter.
Vamos ahora visualizando el uso adecuado de cada elemento en nuestra vida como mujer, hombre en relación con el medio natural.
El agua es un elemento que provoca muchos cambios positivos en el ser humano cuando este está equilibrado: Te limpia, hidrata, aprovecha de llevar los nutrientes a las distintas partes de tu organismo, colabora en la creación de glóbulos rojos, etc.
Al revés, si te falta un órgano, el agua te avisa de inmediato el problema.
Otros ejemplos positivos que tiene el agua para el ser ayurvédico son:
- Facilita la digestión.
- Limpia o purifica la sangre.
- Alimenta de oxígeno nuestro ser.
- Recibe con facilidad las energías que nos entrega el universo (entre ellas las del sol y de la luna).
- Limpia nuestra piel.
La tierra es el nombre de nuestro planeta. En ella sacamos los minerales, el agua, nos apoyamos y nos fortalecemos.
Caminando a pies descalzos, trabajando con ella, nos facilita o saca la fiebre a través de la arcilla, con sus distintas tonalidades podemos pintar, etc.
Ella es nuestro refugio y nuestra riqueza más cercana.
El aire provoca nuestro primer alimento del día y la noche. El es responsable que nuestro cerebro funcione mejor.
Con el aire podemos difundir, podemos liberar nuestras dolencias a través de la inspiración y la exhalación
El fuego es el que transforma, el que te invita, te ilumina, te atrae, te energiza, también destruye y vuelve a crear.
Estos elementos están en nosotros, solo debemos tenerlos en cuenta el dónde se ubica para luego ayudar a otros. Hay que saber manejarlos a diario, es una tarea de cada día.
Estos cuatro elementos son visibles y el siguiente es invisible, pero también nos ayuda. Es el éter.
El éter se puede comunicar con todos y darle fuerza, vida, magia. El éter es necesario saber usarlo siempre. Es necesario darse cuenta que está y provoca cambios hermosos en cada ser.
Cada ser es una manifestación de vida que necesita a veces fortalecerle: un árbol, un canario, un delfín, una lombriz, un mamífero y a nosotros también, los seres superiores y/o seres humanos.
Somos superiores porque tenemos un cuerpo, una inteligencia, un afecto y un espíritu.
El ser ayurvédico sabe el cómo y el dónde aplicar sus experiencias adquiridas.
La persona que lo recibe sabrá el para qué y sus beneficios que sacará si los aplica.
miércoles, 2 de septiembre de 2009
Eres y puedes ser ayurvédico(a).
Etiquetas:
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