jueves, 24 de septiembre de 2009

Contento, continto o conpam.

En las últimas festividades en Chile (18 y 19 de septiembre) hubo mucho de alcohol, compartir, baile y familia reunida.
Una de las personas que atiendo, antes de las fiestas me dijo: “¿Usted va a celebrar contento o continto?
Ahora aclaro los dos conceptos vertidos:
Contento: dícese de un hombre chileno que pertenecía a la orden de los jesuitas, de nombre Alberto Hurtado, que hizo muy popular esta frase “Contento, Señor contento”.
Continto: dícese de aquella persona que prefiere beber puro vino tinto hasta quedar mal.
Conpam: dícese de aquellos remedios terminados en pam que en uso exagerado producen “sueño”. Estos son verdaderas miniaturas de alcohol sintético.
Una de las personas que atiendo, en cuatro días consumió 10 pastillas terminadas en pam.
Otro se dedico al vino tinto en cantidad y “se borró” (palabra usada por adolescentes que equivale a decir “estoy borracho”).
En cambio muchas familias prefirieron pasar las fiestas contentas.
Advierto sí que esta emoción hermosa como el sentirse contento o contenta, si no se sabe manejar, puede llegar a ser negativa porque se convierte en euforia, otra emoción que cuesta manejar.
El estar contento, continto o conpam es fácil. En su libertad, inteligencia y voluntad decide usted cuál es mejor.
Contento produce sanación.
Continto provoca algunos daños comenzando por el hígado y luego el riñón.
Conpam puede llegar a la muerte de manera más rápida.
¡Vamos que se puede estar mejor a cada momento sin producir daños!

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