Estos conceptos quizás te parecen positivos, para otros les parecen negativos.
Vamos por parte:
De índole positivo:
a) Vida es lo que genera acción, movimiento, combinaciones químicas y combinaciones afectivas.
b) Corazón es lo que mueve alrededor de ocho litros de sangre y es una palabra manifestada a otro u otra (¡te quiero tanto corazón).
c) Cariño es o debiera ser lo que alimenta tu campo afectivo en el hogar, en los estudios, en el ámbito laboral y en lo social.
De índole negativo:
d) Vida. “Eso no es vida señorita, me pega tres veces por semana” (diálogo entre una paciente drogadicta y una asistente social); “no se para qué estoy vivo, no sirvo para nada”.
e) Corazón. “Oiga, parece que tengo algo aquí en el pecho porque se me apura de repente”.
f) Cariño. “Con harto cariño y respeto, te invito un trago”.
Hay personas que confunden los términos antes señalados, queriendo hacer un saludo, un gesto de cercanía, terminan por contagiar con su acción al más cercano.
Para otros se les hace fácil manifestar: “Vida, te amo”; “mi corazón es tuyo”; “estás lejos y siento igual el cariño por ti”.
Me parece que debemos ir contagiando a otros su campo afectivo.
Un paciente me decía hace poco: “Tengo dolores del alma en mi corazón”. Esa persona pide a gritos que le entreguen alimento cargado de afectos.
Nosotros somos mente, cuerpo y espíritu. Tú espíritu y el mío necesitan ser alimentados y tener en el día un cierto equilibrio emocional, sin dejar de lado el campo social, intelectual, físico y espiritual.
Si tienen ahora una persona cerca o si está al otro lado del continente, díganle: “Vida, Corazón y Cariño”
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