sábado, 24 de octubre de 2009

Rostro: concepto social y de equilibrio.

Hace algo más de una semana, me encontré a cenar con unos colegas. Luego de aquello, nos retiramos y en el caminar, me fijé en las piernas de una mujer y, de inmediato, uno de mis colegas dijo: “A ver que miras, si debes doblar aquí a la derecha”, por supuesto que me causó risa, y le respondí: “no solo nos alimentamos por la boca, también por los ojos, por la piel y más”. Ellos soltaron la risa.
El concepto de alimento y de mirar está en muchas personas como algo desconocido. Los conceptos alimento, comida, nutrición, alimentarse como también ver, mirar, observar están algo confundidos en el medio social que nos rodea. Bien por aquellos que ya saben manejarlos y usarlos.
Tú órgano más grande es el que come más que tu boca. Me refiero a tu piel y ¿cuánto le alimentas o te ocupas en darle nutrientes en el día?
Tus manos pueden mirar pues allí están las terminaciones nerviosas de tus ojos, entonces ¿cuánto dedicas a mirar con tus manos al que está cerca?
Entonces, luego de este preámbulo, me comprenderás mejor el tema de un rostro como concepto social o bien como la muestra de tu equilibrio.
Una de las cosas que aprendí en mi viaje a China en el año 2006, fue lo siguiente: Ellos se dedican a mirar el rostro y se dan cuenta si estás para confiar en ti (lian) o bien si eres con mucho prestigio social (mianzi).
En nuestro continente, se han realizado estudios del cómo observamos el rostro (bonito, agradable, agraciado, etc.) y “descubrieron que había un acuerdo entre los grupos o pares sobre qué rostros eran más atractivos. Así los autores concluyen que las preferencias en el atractivo facial están organizadas socialmente” (http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/18265847).
Otros elementos importantes a considerar para que tú rostro aparezca mejor cada día es lo siguiente:
Tus campos morfogenéticos debieran al amanecer ponerse en equilibrio. Como anteriormente lo he manifestado, tus campos: físico, social, afectivo, espiritual, emocional e intelectual son los que debo hacer despertar en el amanecer y ponerlos en línea a trabajar. Es como dijo alguna vez Sócrates: “El secreto de la luminosidad y el aspecto radiante propios de los rostros bellos no es otro que el equilibrio”. Entonces cuando tus alimentos que ingresan por tus ojos, tu piel, tu boca; cuando utilizas tus manos para mirar y entregarte unos pequeños masajes faciales y le agregas afectos, una frase para meditar, una crema a base de palta, un pequeño canto, una exposición breve al sol durante la primera hora del amanecer o atardecer, como lo dijera Helen Adams Séller alguna vez: “Mantén tu rostro hacia la luz del sol y no verás la sombra” y suficiente líquido, podrás en la vida mostrar tu cara y moviendo 16 músculos faciales (sonrisa) comenzar a cambiar tu mundo interno y externo.
“No permitas que los obstáculos de la vida, borren de tu rostro esa bella sonrisa” (autor anónimo).

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