viernes, 14 de noviembre de 2008

Veinte años.


Como dice parte de la letra de un tango muy conocido (“Volver” de Carlos Gardel) “…que veinte años no es nada…” en mi vida han sido la otra vida que me dieron la posibilidad de vivir. Solo por amor.
Mi hermana tenía fecha para casarse en la primera semana de noviembre de 1988 y dijo: “prefiero que mi hermano esté feliz y luego seré feliz yo”. Fue una decisión libre, voluntaria y con mucho cariño.
Había estado cuatro meses perdiendo por completo mi órgano que filtra (riñón) y una de mis posibilidades era que una persona fuera compatible conmigo. Fue mi hermana, como ella dice: “este chiquillo nació por cesárea”. Durante la operación (15 de noviembre de 1988), ella fue intervenida por el lado derecho para extraer la mitad de su órgano.
Han sido veinte años de paciencia, de solventar los remedios primero (hasta noviembre de 1997) y el resto de estos años por el Plan Auge.
Han sido veinte años de perseverancia, cuatro veces al día (a horas determinadas) mis remedios; el consumo diario de tres litros de agua; alimentos preparados bien, dejando muchas veces las grasas saturadas, la carne de cordero, los embutidos y comidas que no conocía o bien no sabía de su procedencia (si estaban o no bien preparadas).
Han sido veinte años cantando “El cumpleaños feliz”, con una tortita o pastel, unas velas; flores para mi hermana. En compañía de otras personas también.
Han sido veinte años de entrega. Aprendí a entregar.
Han sido veinte años de constante testimonio para que la gente sienta y entienda que la donación de órganos ayuda mucho. Mi hermana entregó vida luego teniendo cuatro hijos. Hay otra mujer en España que ha escrito un interesante artículo sobre “donación de órganos”. Les animo a leerlo en http://hipocrates.bligoo.com/content/view/311233/Donacion_de_organos.html
Han sido veinte años…

No hay comentarios: