viernes, 21 de noviembre de 2008

Me siento ahogada de repente.

El artículo de hoy se refiere a dos mujeres que conozco muchos años y tienen varias cosas en común:
Son mis amigas, son casadas, tienen hijos, tienen 45 años de edad, profesionales, tienen el pelo ondulado y pecas en su rostro, trabajan como “china”, quieren a sus esposos, necesitan apoyo y ayuda, etc.
Se distinguen una de la otra en:
Trabajan en el sector educacional y salud, viven en comunas distintas, trabajan con niños y la otra con pacientes en una clínica, a una le duela la cabeza y a la otra le pica su cabeza (su origen es emocional, en eso se parecen), una tiene vibraciones bajas a nivel muscular y la otra a nivel cerebral, etc.
Sus esposos están mal emocionalmente, laboralmente, afectivamente y socialmente. Las siguientes son algunas de las propuestas que les recomendé:
1. Respiración conciente.
2. Desintoxicación con infusiones de hierbas (melisa, menta y paico).
3. Seguir entregándoles cariño.
4. Asumir su actual estado de salud y enfrentarlo con valentía.
5. Comer tres frutas diarias.
6. Escribir sus características preciosas que tiene como persona.
7. Oración y/o meditación diaria.
Las dos mujeres que me he referido son preciosas y muy luchadoras. Bien vale la pena ayudarles para que su familia salga adelante como muchas mujeres de América Latina.

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