miércoles, 19 de noviembre de 2008

Cosechando Aloe Vera.


Varias veces escuché a mi mamá decir: “hijo, las vueltas dejan”, cuando yo le decía voy a dar una vuelta por ahí”.
Hoy por la tarde (18/11/2008) iba a gestionar la limpieza de un jardín, cuando un vecino dijo: “Mira Jaime, tu que sabes de plantas, observa esto, está botado aquí”, habían plantas de aloe vera, que medían un metro y medio como mínimo, sin ningún cuidado de parte de los vecinos de aquel jardín público. Todas las plantas de aspecto arruinado, sin podar, menos regadas. Mucha maleza y pasto seco alrededor. La imagen no invitaba para nada estar ahí. Sin embargo me dediqué a observarlas, como dice el dicho: “mira el vaso medio lleno y no el medio vacío”. Así que me dije: “Estas plantitas dan muchos beneficios”.
Le indiqué al vecino si podía sacar algunas hojas, “saca todas las que quieras, si aquí nadie las toma en cuenta, si mira como están arruinadas, saca no más”.
Obtuve alrededor de dos kilos de hojas. Llegué a mi hogar. Las lavé y tomé tres de ellas, las corté y apliqué en la piel.
De los muchos beneficios físicos, químicos y psíquicos hoy prefiero no comentar, si que quiero animarles a:
1. Camine frecuentemente hasta alcanzar 40 cuadras diarias.
2. Dedique un tiempo para observar las plantas que le rodean.
3. Escuche el canto de los pájaros tanto al amanecer como al atardecer.
4. Mire qué árboles están cerca de usted.
5. Sáquele provecho a las plantas ornamentales, comestibles y medicinales.
Hay en la madre tierra y cerca de su hogar plantas que le favorecen en su vida. Manéjelas y trate con cariño.

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