miércoles, 12 de noviembre de 2008

Mente y menta.


Donde vivo puedo salir a caminar y observar varias cosas. Entre ellas las relaciones entre los seres humanos; la locomoción colectiva donde en cada paradero hay gente esperando su turno por 15 a 25 minutos; las mascotas de los vecinos; las manifestaciones populares de aquellas personas que ofrecen sus productos; los juegos de niños; escuchar el canto de las aves; sentir el aroma y ver los colores de mis apreciadas flores y plantas.
Me encontré con la menta y a mi mente llegaron varias imágenes desde la niñez. Cuando en tiempos de verano me iba al campo (Séptima región del Maule) y mis tíos preparaban infusiones con aquella hierba. Mi mamá en la ciudad, preparaba aguardiente con hojas de menta en almíbar.
Como profesor de historia, no puedo dejar pasar la posibilidad de contarles la relación entre la menta con la mente.
Mente era una ninfa griega que se relacionó (de manera no adecuada - fuera del matrimonio) con Hades. Este último estaba casado con Perséfone. Esta diosa tenía una mamá, diosa también de nombre Deméter. Una de ellas (¡¡qué copuchento soy!!) golpeó a Mente, dejándola en muchos pedacitos. Hades tomó uno de aquellos y los transformó en menta.
Miren ustedes como la menta con nuestra mente tienen directa relación desde el punto de vista mitológico-histórico.
La menta ayuda a nuestro cerebro, mejora su funcionamiento, mejora la concentración, mejora tu humor, te refresca, es un antioxidante, en el campo aprendí que quita el hipo, etc.

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