sábado, 8 de noviembre de 2008

Una fuerza participativa.

Este nuevo escrito tiene relación a aquellos momentos que la persona vive cuando se siente desvanecer, cuando busca a un alguien que le brinde un apoyo, cuando quiere solo sentir a otro al lado, solo para estar allí.
En la sociedad que habitamos, encontramos unas reacciones machistas que, si una mujer pide a un hombre un apoyo, hay otro que comenta: “ella busca otra cosa, no solo que la apoyen”. Hay otras personas que comentan: “el quería hacerle cariños si solo era para que le respondiera dos preguntas”.
Me parece que los afectos van más allá de lo físico expresado (no estoy excluyendo la acción física). La parte afectiva es necesaria para el desarrollo completo de un ser humano. Son los gestos, frases, acciones, silencios que te permiten expresar un algo invisible que se siente, pero se hace necesario expresarlo.
Una persona en momentos de angustia busca estas cosas, se siente muy frágil, muy desorientada a veces, muy sola o solo también y busca en el otro en quien apoyarse.
Mi propuesta hoy apunta a que aquella búsqueda sea en la acción, es decir, desde mi persona que siente y tiene estas características de apoyarse en otro u otra, lo haga activamente, se apoye con fuerza, haciendo o presentando alternativas para estar mejor. Así el otro puede colaborar con esta persona. Ese camino se hace más fácil. Es un estar o un estado de completa participación.
Como dijo alguna vez Erich Kästner: “Uno puede apoyarse sobre su puesto, pero no sentarse en él”.
Todo se puede si lo quieres hacer.

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