viernes, 7 de agosto de 2009

Mandalas.

Aquellas personas que han tenido la experiencia de pasar por un grupo de niñas(os) con edades entre los 3 a 5 años, aquellos que han cursado entre los 6 y 13 años estudios básicos, fue una etapa normal de inclinación por el dibujo o pintado. Cuando llegaron a la etapa de adultos esto se ve observa como algo de niños(as).
Respetando las etapas psicológicas de las personas, hay una que se denomina “etapa del garabateo”, donde dibuja solo rayas con distintos colores. ¡Muy bien si la has vivido!
En una visita a México que sostuve en el año 2001, aprendí que se podía extraer pinturas desde un vegetal con solo remover un sector donde habían unos hongos muy pequeños, el color obtenido era el rojo y el amarillo. Con esas tonalidades los aztecas pintaban sus muros con símbolos que se relacionaban con la realeza indígena.
En el común del pueblo, las personas se niegan a tener un momento del día para dibujar y pintar.
Existe un concepto en sánscrito llamado “mandala”. Esta palabra tiene relación con lo sagrado de tu vida interior, con la iluminación interna (en Chile se dice: “se me iluminó la ampolleta” cuando aparece una idea que necesitaba la persona para realizar un acto determinado). Son círculos pintados con colores que expresan tu actual estado de vida.
¿De qué me sirven?
1. Para desarrollar mi vida de oración, de meditación, de contemplación con mis propias líneas de colores.
2. Para expresar lo que siento.
3. Para llamar la abundancia (aspecto conocido en mi viaje a la China – 2006)
4. Para entretención en días nublados, de frío o de lluvia.
5. Para liberar aquellas toxinas acumuladas en la muñeca de la mano.
Si un adulto te pregunta ¿puedo dibujar y/o pintar?
Ya sabes que sí se puede.

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