Durante el año 2003 (Junio) una persona me indicó lo siguiente: “Cuidado con la lengua pues es un órgano de doble filo”.
¿Me lo explica por favor? Le indiqué.
Este músculo importante para comenzar el proceso digestivo, lo es también para el proceso del habla. Si los(as) niños(as) nacen con problemas en aquel músculo, es porque tienen un ligamento debajo de ella que les impide estirarla y pronunciar mejor.
Si ya está más crecido(a) la persona, viene la influencia social que le va indicando el uso de su lengua para mentir, adular, manipular, precipitar, dividir y muchas más.
La lengua mentirosa: “todo lo que hacemos y decimos debe basarse en la verdad; las mentiras establecen una base vacilante en cualquier relación. Las mentiras se dan en cuatro formas principales: engaños, verdades a medias, exageraciones y adulaciones”.
La lengua aduladora es cuando la persona usa palabras floridas para encubrir una mentira. “La mayoría de los que utilizan esta comunicación deshonesta lo hacen para obtener un favor. El favor deseado no siempre es algo material o tangible; puede ser un beneficio intangible, como la aceptación. El adulador debe tener baja autoestima”.
La lengua manipuladora: “La manipulación es un uso astuto de la lengua que se puede considerar un arte y un vicio de auto-perpetuación. Una vez que los manipuladores descubren que con sus chantajes pueden alcanzar sus objetivos se vuelven orgullosos de sus habilidades”.
La lengua precipitada: Con ella se ofende precipitadamente, se contesta anticipadamente o se hacen compromisos precipitados.
Alguna vez una persona me indicó otra cosa: “Antes de hablar, escucha el doble”. Debemos aquietarnos antes de hablar, pensar un poco, meditar si quieres, contemplar puede ser u orar.
La lengua que divide: “Cada vez que le decimos a alguien algo negativo que otra persona dijo de ellos, esta acción probablemente causará división entre dichas personas”.
Esto es un resumen de un curso que compartí en línea durante el año 2006 con los contactos vía correo electrónico.
Vamos ahora al mismo proceso de limpieza diaria del músculo propiamente tal.
Nuestra lengua tiene durante la noche, el proceso de acumular toxinas en la superficie superior y orillas. Ellas si no las sacamos van a parar a nuestro sistema digestivo formando parte del daño interno que nos provocamos por no limpiarla durante la noche antes de dormir o bien durante las mañanas antes de comer.
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