Este fin de semana me correspondió animar y atender a una familia cuyo dueño de casa estaba con dos dolencias muy presentes y nuevas para su familia: diabetes y neumonía.
La segunda dolencia comenzó con un simple baño de ducha caliente en una persona de 82 años. Claro que luego de eso lo abrigaron. Sin embargo comenzó su decaimiento y pocas ganas de comer.
A las 48 horas a urgencia de un hospital público de la Región Metropolitana de Santiago (Chile).
El ánimo alterado, la tensión de los familiares y sus mascotas también; el dueño de casa con temperatura, convulsiones y visión alterada. Se agregaba la descompensación de azúcar en la sangre; primer diagnóstico: problema cerebral; segundo diagnóstico: problemas por infección (temperatura de 40 grados); traslado a otro centro de salud público. Allí lo recibieron, le indicaron lo necesario para controlar su tema “viral” (este sí que era verdad) y su azúcar.
Ahora había que agregar dos elementos más para su recuperación: paciencia y afecto, cuidado y reorganización de las actividades en la familia.
Por mi parte, indicaba cosas prácticas:
1. Alimentación controlada para después del proceso hospitalario (molida, alejada de masas blancas, ausencia de azúcar blanca).
2. Lenguaje a favor del optimismo y la alegría hogareña y familiar.
3. Oración comunitaria y acompañamiento constante (día y noche).
4. Ejercicios físicos para evitar escaras.
5. Agradecer por la presencia del dueño de casa en medio de ellos.
6. Afecto: este elemento fue importante en su recuperación, ya que habían otros pacientes con neumonía, pero sin visitas constantes y cuidadosas.
Felicitaciones para esa familia.
La segunda dolencia comenzó con un simple baño de ducha caliente en una persona de 82 años. Claro que luego de eso lo abrigaron. Sin embargo comenzó su decaimiento y pocas ganas de comer.
A las 48 horas a urgencia de un hospital público de la Región Metropolitana de Santiago (Chile).
El ánimo alterado, la tensión de los familiares y sus mascotas también; el dueño de casa con temperatura, convulsiones y visión alterada. Se agregaba la descompensación de azúcar en la sangre; primer diagnóstico: problema cerebral; segundo diagnóstico: problemas por infección (temperatura de 40 grados); traslado a otro centro de salud público. Allí lo recibieron, le indicaron lo necesario para controlar su tema “viral” (este sí que era verdad) y su azúcar.
Ahora había que agregar dos elementos más para su recuperación: paciencia y afecto, cuidado y reorganización de las actividades en la familia.
Por mi parte, indicaba cosas prácticas:
1. Alimentación controlada para después del proceso hospitalario (molida, alejada de masas blancas, ausencia de azúcar blanca).
2. Lenguaje a favor del optimismo y la alegría hogareña y familiar.
3. Oración comunitaria y acompañamiento constante (día y noche).
4. Ejercicios físicos para evitar escaras.
5. Agradecer por la presencia del dueño de casa en medio de ellos.
6. Afecto: este elemento fue importante en su recuperación, ya que habían otros pacientes con neumonía, pero sin visitas constantes y cuidadosas.
Felicitaciones para esa familia.
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