lunes, 2 de noviembre de 2009

Afecto: importante en un proceso de sanación.


Este fin de semana me correspondió animar y atender a una familia cuyo dueño de casa estaba con dos dolencias muy presentes y nuevas para su familia: diabetes y neumonía.
La segunda dolencia comenzó con un simple baño de ducha caliente en una persona de 82 años. Claro que luego de eso lo abrigaron. Sin embargo comenzó su decaimiento y pocas ganas de comer.
A las 48 horas a urgencia de un hospital público de la Región Metropolitana de Santiago (Chile).
El ánimo alterado, la tensión de los familiares y sus mascotas también; el dueño de casa con temperatura, convulsiones y visión alterada. Se agregaba la descompensación de azúcar en la sangre; primer diagnóstico: problema cerebral; segundo diagnóstico: problemas por infección (temperatura de 40 grados); traslado a otro centro de salud público. Allí lo recibieron, le indicaron lo necesario para controlar su tema “viral” (este sí que era verdad) y su azúcar.
Ahora había que agregar dos elementos más para su recuperación: paciencia y afecto, cuidado y reorganización de las actividades en la familia.
Por mi parte, indicaba cosas prácticas:
1. Alimentación controlada para después del proceso hospitalario (molida, alejada de masas blancas, ausencia de azúcar blanca).
2. Lenguaje a favor del optimismo y la alegría hogareña y familiar.
3. Oración comunitaria y acompañamiento constante (día y noche).
4. Ejercicios físicos para evitar escaras.
5. Agradecer por la presencia del dueño de casa en medio de ellos.
6. Afecto: este elemento fue importante en su recuperación, ya que habían otros pacientes con neumonía, pero sin visitas constantes y cuidadosas.
Felicitaciones para esa familia.

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