sábado, 26 de julio de 2008

Una persona termita.


La mayoría de las personas se asustan cuando escuchan la palabra termita, por su “daño” que provoca en las casas de madera o en árboles de su patio o parcela.
La termita solo está ahí comiendo y viviendo; sus actos son solo por vivir; como tienen ausencia de razón, ellas actúan por instinto, por naturaleza impresa en ellas: sobrevivir.
Les agrada la madera por la rica celulosa que contiene, consumen la humedad (agua) que tiene la madera, se ubican en maderas muertas, arrancan de la luz, construyen su propia casa en el árbol y viven en colonias.

Muchas personas se parecen a las termitas, solo que piensan lo que hacen.
Con esa gran facultad, las personas termitas siguen comiendo, aprovechando las facultades de otros para estar bien sin usar las propias. Comen sin gran esfuerzo personal.
Interesante es que ellas puedan:
Descubrir sus potencialidades.
Intentar con su propio esfuerzo lograr objetivos planteados.
Alimentarse de su propio trabajo.
Sentir, pensar y actuar para que logre su equilibrio.
Evitar ser “muy cara de palo” para conseguir algo.
La persona proponga, a lo menos, un diseño para la casa que quiere “le construyan”.
Beber más agua al igual que las termitas.
Reciclar el papel que usó en su hogar y no lo tire en cualquier parte. La persona se integre a un grupo o equipo que comparta los mismos intereses, hobby o entretención (ojalá al aire libre).
Todo se puede si quieres y lo haces ¡AHORA!

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