lunes, 7 de julio de 2008

La imaginación, una herramienta necesaria para crecer.


Muchas situaciones o hechos ocurren a nuestro alrededor. Muchas de ellas vienen ya “confeccionadas por otros” y otras las hacemos nosotros.
Confeccionado por otros me refiero a aquella actividad que trae algo, que trae una esencia, trae una herencia propia de otro ser humano. Lo mismo ocurre con tu propia persona, confecciona actos con una carga que queda impregnada en otro ser inerte o vivo.
En esta oportunidad vamos a ocupar nuestra inteligencia, nuestra mente para sacarle provecho a la imaginación. Con ella puedes crear nuevas situaciones, recrear algo que te provoca acciones hermosas, cambiar algo para mejor, transformar aquello que quieres en positivo. Es el deseo, la actitud, la convicción que te ayudarán a lograrlo.
Cuando atendía a una persona la semana recién pasada (2 de julio), le pregunté: ¿qué es esto? Y su respuesta fue: “un palo”.
Mi segunda pregunta fue: ¿qué te imaginas tú? Aún espero la respuesta.
El desarrollo de la imaginación va provocando en el ser humano la posibilidad de conseguir aquello que quiero.
Elementos necesarios: relajación, visualización y quiero aquello que imagino.
- En el proceso de relajarse vas dando al cerebro la posibilidad de que llegue de manera sencilla y fácil más oxígeno, se oxigene tu cerebro de manera relajada.
- Visualizar con los ojos cerrados una o varias imágenes de aquello que quieres conseguir; trata de sentir olores, aromas, el viento y ver seres vivos que se mueven. Observa el objeto requerido (en el ámbito monetario, profesional, estudiantil, familiar, viajes, etc.).
- Por último, “cuando uno quiere, puede”.

No hay comentarios: