Mientras entrevistaba a un personaje típico de nuestras ciudades, como lo es el que saca filo a los cuchillos y tijeras, se me acercó una persona y me consultó: ¿qué haces tú?
Entrevisto a las personas que viven en nuestra comuna y son una buena noticia, por lo tanto, las publico en mis diarios ciudadanos.
¿Me puedes entrevistar a mí?
El se llama Jorge Ahumada y es un antropólogo.
Así lo conocí, cuando en días posteriores, él me preguntó: ¿las piedras son vivas o muertas?
Mi respuesta fue: “Están muertas, son material inerte”.
Don Jorge me enseñó lo siguiente: “las piedras están vivas porque tienen oxígeno en su interior y respiran muy, pero muy lentas”.
En ese momento, se me vinieron imágenes de encuentros con grupos indígenas que había tenido tanto en mis viajes fuera del país como en Chile, donde siempre han respetado y usado las piedras como un beneficio rico en varios aspectos: construcción, sanación, relajación, ceremonias, fiestas, defensa, etc.
En la ciudad Antigua (Guatemala) estuve apreciando las piedras jade, con una serie de colores manifestados en ellas; en la ciudad de Santiago de Chile (cerro Blanco) las piedras fueron utilizadas para observar las constelaciones de estrellas, se les conoce como piedras tacitas, en la ruta hacia Valparaíso, tenemos la piedra lapislázuli, que nos fortalece la sabiduría; en China, las aprovecharon para construir la Gran Muralla, vista desde el cielo y mide más de 6.500 kilómetros; en la provincia de Galilea, ciudad de Genesaret, hay una fábrica donde trabajan el diamante, con una brillantes realmente atrayente, esta piedra sirve por ejemplo para la memoria; nuestro antropólogo fabrica flechas con puntas de piedras.
En la imagen expuesta, tenemos un trozo de mármol blanco sirve para conducir la energía electromagnética; están tres más agrupadas, ellas ayudan a aliviar molestias en la columna u otro lugar del cuerpo; las últimas del lado derecho, solo me traen recuerdos bonitos de una persona que cuida el apu Wechuraba en la ciudad de Santiago.
Como mis hermanos indígenas que respetan a las piedras, igual se debe el comportamiento de nosotros para con ellas y saquemos provecho también.
Entrevisto a las personas que viven en nuestra comuna y son una buena noticia, por lo tanto, las publico en mis diarios ciudadanos.
¿Me puedes entrevistar a mí?
El se llama Jorge Ahumada y es un antropólogo.
Así lo conocí, cuando en días posteriores, él me preguntó: ¿las piedras son vivas o muertas?
Mi respuesta fue: “Están muertas, son material inerte”.
Don Jorge me enseñó lo siguiente: “las piedras están vivas porque tienen oxígeno en su interior y respiran muy, pero muy lentas”.
En ese momento, se me vinieron imágenes de encuentros con grupos indígenas que había tenido tanto en mis viajes fuera del país como en Chile, donde siempre han respetado y usado las piedras como un beneficio rico en varios aspectos: construcción, sanación, relajación, ceremonias, fiestas, defensa, etc.
En la ciudad Antigua (Guatemala) estuve apreciando las piedras jade, con una serie de colores manifestados en ellas; en la ciudad de Santiago de Chile (cerro Blanco) las piedras fueron utilizadas para observar las constelaciones de estrellas, se les conoce como piedras tacitas, en la ruta hacia Valparaíso, tenemos la piedra lapislázuli, que nos fortalece la sabiduría; en China, las aprovecharon para construir la Gran Muralla, vista desde el cielo y mide más de 6.500 kilómetros; en la provincia de Galilea, ciudad de Genesaret, hay una fábrica donde trabajan el diamante, con una brillantes realmente atrayente, esta piedra sirve por ejemplo para la memoria; nuestro antropólogo fabrica flechas con puntas de piedras.
En la imagen expuesta, tenemos un trozo de mármol blanco sirve para conducir la energía electromagnética; están tres más agrupadas, ellas ayudan a aliviar molestias en la columna u otro lugar del cuerpo; las últimas del lado derecho, solo me traen recuerdos bonitos de una persona que cuida el apu Wechuraba en la ciudad de Santiago.
Como mis hermanos indígenas que respetan a las piedras, igual se debe el comportamiento de nosotros para con ellas y saquemos provecho también.
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