Muchas veces tenemos y sentimos al interior de nuestras familias, que las cosas no andan bien. Miramos que todo aquello que nos rodea parece inútil, parece que no necesitamos de aquello para superarnos, parece que todo está nublado.
Si primero nos relajamos, luego nos ponemos a mirar con detención aquello que nos rodea: cada uno de los integrantes de nuestra familia (sus bondades, sus esfuerzos, sus gestos bonitos por mi persona o hacia los otros integrantes de la familia); los objetos regalados con "cariño"; nuestras mascotas; nuestras plantas y jardines; aquellas personas que viven fuera del hogar y nos aman tanto, nos damos recién cuenta que tenemos cosas lindas que disfrutar.
¡APROVECHEMOSLAS!
Están ahí para eso y también para compartirlas.
miércoles, 17 de octubre de 2007
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