viernes, 29 de agosto de 2008

Sacando provecho a la zarzamora.

El fin de semana anterior a este artículo (22 al 24 de agosto), pude visitar la localidad de Chocalán, ubicada en la ribera sur del río Maipú, a cinco kilómetros aproximadamente de la ciudad de Melipilla (Región Metropolitana).
Allí pude disfrutar de los árboles y plantas, de hierbas y frutas, de su gente y sus mascotas.
En una de aquellas mañanas, me dediqué a buscar y sentir los beneficios de las hojas y ramas de la zarzamora.
La zarzamora es aquel arbusto que nos proporciona la rica fruta llamada mora. Sin embargo puse atención a sus hojas y ramas. Como arbusto encontré que:
a) me entrega oxígeno,
b) me humedece el ambiente.
c) Evita el paso o amortigua los ruidos que provengan de otros lados.
Sus ramas (cortadas a cinco centímetros) con sus hojas me apoyan cuando tengo:
1. Hemorroides
2. Problemas bucofaríngeos
3. Diarreas.
¿Cómo las preparo?
Una vez cortadas en la medida indicada anteriormente, las introduzco en una olla con un litro de agua fría, coloco aproximadamente 100 gramos de aquellas ramitas y sus hojas y les doy fuego. Espero en su hervor durante cinco minutos y listo.
¿Cómo la uso?
Si tengo hemorroides, me aplico aquella infusión. Si mi situación física indica que tengo problemas en la zona de la garganta o boca, bebo aquella infusión. Si el tema es diarreico, bebo la infusión con una cucharadita de miel o azúcar rubia (durante tres días) en una taza.
Otro beneficio que pude obtener es la relajación junto a estas ramas que antes las observaba a distancia por sus espinas y porque le sirven a otros seres vivos como guaridas. Solo la precaución de lavar bien las ramas y hojas para su tratado.

domingo, 24 de agosto de 2008

Chispililo.



Estuve este fin de semana en la localidad de Chocalán, ubicada en la ribera sur del río Maipo. Allí me encontré con esta mascota que es la encargada del cuidado de la casa donde me recibieron. Se llama "Chispililo" y es muy jovencito. Le agrada saltar y jugar a la pelota. Vale la pena una mascota, en este caso, un labrador.

jueves, 21 de agosto de 2008

Pies descalzos.

El día miércoles 20 de agosto, me correspondió sostener una entrevista con una mujer muy bonita.
Al llegar al lugar indicado por ella, decía un cartel: “Deja los zapatos aquí”
Pensé en lo siguiente: “seguro que me piden eso para que yo deje mis problemas fuera y quede dispuesto a aprender y/o conocer de algo que me hará muy bien a mi vida”. Sin embargo pensé de manera concreta: “me sacaré los zapatos”. En definitiva era la segunda opción.
Le indiqué a esta bella dama lo que había sentido y ella agregó: “Aquí llegan personas que, luego de uno o dos meses, no pueden sacarse los zapatos porque se sienten inseguros, desnudos y/o desequilibrados”.
En mi viaje a Israel, tuve la posibilidad de ingresar a la Mezquita de la Roca. Cuando vas a ingresar te sacas los zapatos y luego comienzas a visitar aquel templo, es un signo de respeto.
Los pueblos originarios no usaban mucho el calzado. Por ejemplo, entre los incas, los súbditos podían dirigirse a su jefe con los pies descalzos, también por señal de respeto. Entre los aztecas, se baila sin zapatos ni sandalias. Para la mujer maya era normal caminar así.
Algunos hombres de Centroamérica cosechan los cocos a pie pelado. Como también muchos niños y niñas en Guatemala caminan descalzos por su pobreza (visita que realicé en enero de 2005).
Para nuestros hermanos campesinos, hay actividades que se deben realizar con los pies descalzos, por ejemplo el regadío de su huerta.
Nuestros pies tienen una gran variedad de terminaciones nerviosas que permiten a la persona relajarse si son estimulados de manera adecuada.
Mientras tanto, ¿cómo podemos en nuestro ambiente social practicar con los pies sin zapatos?
a. En el jardín caminar durante catorce minutos.
b. En un parque sostener con los pies un trozo de madera donde puedas sentir la parte externa de aquel trozo.
c. Caminar en la casa o departamento.
d. Caminar en la arena (playa o borde de ríos).
e. Dar pasos en tierra muy seca (desierto) o en barro (centro termal o en tu propia casa). Aquí me trae el recuerdo de una señora que me tocó atender en enero de este año 2008, que se sentía molesta porque yo le observaría sus pies con barro seco. Le indiqué que aquello le ayudaba mucho para su mejor estabilidad corporal tanto externa como interna. Con esa pequeña explicación, mi buena anciana de pelo blanco se quedó tranquila para poderla atender.
Beneficios:
Sensación de bienestar y de placer, mejor trabajo intestinal, mejor circulación sanguínea, más relajo, etc.

martes, 19 de agosto de 2008

Una flor que contagia.


Una doctora me invitó a una clase gratuita en la Municipalidad de Vitacura que se relacionaba con las orquídeas. Una flor que solo me trae el recuerdo cuando una vez mi papá le regaló una a mi mamá y dijo: “Las orquídeas son muy apreciadas en el mundo, son algo caras (en el sentido de valor monetario) y cuesta conseguirlas aquí en Chile (década del setenta)”. Mi mamá la dejó en un lugar especial de nuestro hogar y en las tardes soltaba un aroma rico y el resto del día nada. Duró como tres semanas allí su flor.La clase la entregó don Hernán Briones Arregui, profesor Universidad de Chile, está creando la Sociedad Orquidiológica de Chile y en una hora y media, nos habló del mundo de la diversidad, en cuanto a las orquídeas.Existen más de treinta mil especies de esta flor en el mundo, es una diversidad asombrosa, una dispersión de la especie en cuanto a la geografía del planeta y hay una inestabilidad de las propias flores.Entre las más conocidas están las cattleya: son las más cultivadas en el planeta, duran dos semanas en flor, perfumada, alcanza un diámetro de 12 centímetros, hay 50 especies como esta. Su nombre se debe a un coleccionista británico de nombre William Cattley.Venezuela, Costa Rica, Cuba y Colombia tienen como flor nacional una cattleya.Es verdaderamente una joya con pétalos laterales.

domingo, 17 de agosto de 2008

Arreglos en verde, solo imaginación constructiva.


En una de las atenciones desarrolladas este fin de semana, una señora se me acercó y preguntó: “¿supe que usted hace arreglos florales, es verdad?”
Mi respuesta fue la siguiente: “Voy a la plazoleta más cercana de donde vivo, observo aquellas plantas que abundan, están verdes (me refiero a la planta que no tiene flores) y corto dos ejemplares de cada una. Luego las pongo de tal manera que quede armoniosamente a la vista”.
La señora agregó: “El otro día se me despertó la idea de aprender sobre arreglos florales, busqué cursos en internet y no encontré, como supe que usted lo hacía, por eso me acerqué a consultarle”.
Lo que hago es algo distinto, le dije.
Si estas pistas le sirven, tómelas y conviértase en un(a) persona con imaginación constructiva:
1. Lo que hará es original.
2. Tiene un objetivo que lograr (para regalar, para adornar, etc.)
3. Es un verdadero arte que vas a desarrollar, serás él o la artista del lugar donde habitas normalmente.
4. Contribuyes al progreso de tu sociedad.
5. Entregarás alegría con tu trabajo floral en verde o seco.
6. Aquello es útil tanto para ti como para los demás.
7. Te conviertes en un(a) positivo(a) para los que te rodean.
8. Logras relajarte.
9. Logras comunicarte con los demás.
Me refiero a la imaginación constructiva a aquella actividad que te mueve a ser un aporte con solamente lo que sabes tú. En el ejemplo de la señora que consultó, le hice ver ese aspecto. Usted tiene en sus manos algo lindo que puede ser desarrollado con sus propias manos. Ya es inteligente, tienes apego a conservar algo a través de tus propias propuestas en relación a lo bello que entrega la naturaleza.
Ahora es tu turno de formar parte de los constructores imaginativos.

Conejo viajero.


A propósito de peluches, también tengo uno que se llama "Conejo Viajero".
Él es el que me acompaña en mis viajes por el mundo. Con él inicio conversaciones con personas que en mi vida había visto y que es una manera de comenzar un diálogo con personas de otras latitudes, además que es raro ver a un turista con un peluche colgando. Sin embargo mis experiencias han sido muy gratas.

Solo miraba a un peluche como juguete.


Compartiendo este fin de semana con una familia, me encontré con el Bastián (hijo menor) y me mostró su peluche que cargaba.
Se llama Meme me dijo. ¡Qué bien!
Le dije ¿cuántos años está contigo? Siete añitos, es mi amigo.
Veo que tu amigo está algo estropeado. Si tiene razón. Le voy a hacer unos transplantes de oreja, ojos y aún no se lo demás, para que quede muy bien.
Los peluches si bien uno los ve como solo juguetes, forman parte importante en la vida de cualquier persona.
Un grupo de soldados en la década de los noventa, luego de cuatro meses sin ver ni estar con su familia, cayeron en depresión. La alternativa más certera fue pasarles un peluche. Al cabo de tres a cuatro meses, la depresión disminuyo en aquel lugar.
Es un aliciente interesante el peluche en los siguientes casos por ejemplo:
1. Cuando te cambias de casa: Los responsables de armar las cajas, pongan en una de ellas las cosas más queridas del niño o niña, en este caso el peluche. Esa caja debe ir con el nombre del juguete por ejemplo. Ese efecto de sentir algo mío en una nueva casa, me evita una depresión tanto por el cambio como por el nuevo lugar.
2. Cuando existe el síndrome de muerte súbita: Algunos niños tienen este síntoma, en este caso se debe evitar la presencia de un peluche al lado de ellos.
3. Para una tomografía o resonancia magnética: Es mejor llevar este tipo de juguetes para que solo esté pendiente del peluche y no tanto del examen que le van a tomar.
4. El duelo de una mamá o papá: Cuando ha fallecido la hija o hijo, a sus papás les favorece tomar el peluche con el cual jugaba, así logran un poco ponerse tranquilos.
5. Para prevenir pesadillas: Los niños se sienten con seguridad al dormir si tienen su objeto preferido al lado.
6. En el momento de las vacunas: En este caso, recuerdo mi infancia cuando a los seis años me colocaron una vacuna y me dijeron antes de: “Vas a mirar ese paisaje que te dibujamos en la pizarra mientras te colocamos una vacuna”. En la pizarra había una laguna con una pata y sus patitos. Ese ejemplo como el tener junto al niño su peluche, distraen la atención y se logra el objetivo.
7. Cuando se van a dormir: Muchas niñas o niños tienen la necesidad de llevar consigo el peluche. Es el olor que han impregnado en el juguete que los hace necesariamente tenerlos consigo. Otros lo necesitan porque sienten el olor de su mamá quien a su vez, sin quererlo impregnó su aroma físico en ello.
Algunas consideraciones más:
a. Cuando hay una falta de cariño, el peluche es el que llena ese vacío.
b. Cuando se está en soledad, el peluche llena ese vacío.
c. Cuando se tiene depresión, el peluche te ayuda a estar pendiente de él.
Estas son algunas de mis propuestas que, si las tienes a bien practicar, los beneficios solo los sentirás tú y, por ende, las personas que te rodean también.