La experiencia adquirida frente a cuatro embarazos, me lleva hoy a escribir y sugerir algunas cosas que están al alcance de su mano, pero que muchas veces no las vemos. Además que en términos de costo – pesos digamos que es cero.
Veamos algunas cosas, vamos al grano.
El embarazo si bien lo vive físicamente la mujer, hoy puedo escribir que es parte del hombre también. En términos de afecto, el hombre – papá va sintiendo algunos síntomas que vive su mujer – mamá. El embarazo es y debe ser compartido.
Agrego aquí a otros integrantes que pueden ayudar a buen término el desarrollo del o de la bebé.
Los abuelos, tíos y hermanos (si es que los hay) pueden contribuir comenzando con el saludo diario a ese ser en gestación. Unos lo pueden hacer con dos palabras de bienvenida; otros lo pueden hacer con sus manos, tocando el vientre de la mamá, o bien pueden decir solamente: aquí estoy, cuenta conmigo.
Todos estos gestos y palabras también los puede hacer el papá y la mamá.
Cuando viene un bebé, la sociedad que lo espera se pregunta: ¿qué nombre le van a poner?
En lo personal, mis padres y abuelos maternos, estuvieron como una hora y media dialogando sobre el tema y no supieron que con esa conversación estaban discutiendo la misión que llevaría durante mi vida: “persona que da vida, a cargo de un reino, cuidando las siete puertas de Roma” (este es mi nombre).
Antes de inscribir el nombre, los padres debieran investigar, no siguiendo la moda, lo que desean para su bebé. Cada nombre tiene una misión que cumplir. Observe a nuestros pueblos originarios o a los pueblos orientales, para asignar un nombre observan la naturaleza, a sus antepasados, etc. Cada nombre es importante cuando se desarrolla en la vida para lo cual fue puesto. Esto va muy bien con la vocación que después se despierta mejor. Vocación es el llamado interior que te dice lo que te gusta hacer mejor.
Veamos ahora el agua.
Este elemento vital es el primero que entra en contacto con la guagua. Su madre debiera estar atenta a la ingesta diaria de este líquido tan importante. Aproveche de beber agua, ojalá, escuchando música del austro-húngaro Johann Amadeus Mozart. Sus efectos son maravillosos.
El agua entrega energía positiva en la medida que su mamá se encuentre muy bien o, si lo prefiere, en un tiesto de vidrio mantenga agua con un papel escrito que diga “Amor y Gratitud”. Sus efectos positivos los y las invito a escribirlas en sus comentarios posteriores aquí.
Otra cosa que se debe aprovechar son los ejercicios en el agua, ello para fortalecer los músculos de la madre y el parto sea mejor.
Tus manos, mis manos.
Aquí también puedo compartir con ustedes mi experiencia directa ya que pude practicarlo con mis cuatro sobrinos (dos hombres y dos mujeres).
El primer embarazo (mamá primeriza) cada movimiento que sucedía en el interior era contado por su mamá y reafirmado por su papá. De repente aquellos movimientos eran medios bruscos para su madre y me llamaba para que pusiera mis manos sobre su vientre. Allí comenzaba con mis rogativas, luego cantaba y, por último, colocaba mis manos. Así sucesivamente hasta en el cuarto embarazo, cuando mi hermana comentó que el bebé o la bebé quería salir midiendo diez centímetros, se debió quedar acostada hasta terminar el proceso. Aquí tuve que repetir varias veces y de manera seguida el procedimiento, pero involucrando a sus tres hermanos para que hicieran lo mismo.
Les recuerdo que toda persona es por naturaleza un ser gregario. Aquí se cumple muy bien aquello.
Tus pensamientos como papá y mamá procuren que sean escuchados por el bebé y que prevalezcan los positivos. Su hijo o hija se lo agradecerá ya que, estudios recientes indican que aquellos bebés que nacen con cuerpos pequeños tienen la tendencia a hacer cuadros depresivos en su vida. Por lo tanto, anímenlo desde el vientre a que crezca sanito y/o sanita.
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