Este artículo va dedicado a las personas que dedican su vida por colaborar y cuidar a las personas cuando aparece el fuego. Me refiero a los BOMBEROS de Chile.
En mi infancia, estuve en un momento donde el rostro y manos de mi mamá, hermana y el mío se vieron afectados por el fuego.
La atención oportuna de los vecinos con agua fría y luego en el hospital con una crema de color verde-amariillo que nos pusieron en aquellas partes del cuerpo no nos quedó cicatrices en la piel, pero si en el alma.
Hoy con mucha experiencia y aprendizaje profesional, puedo usar aloe vera, cáscara de papaya y gel de la paleta de las tunas para enfrentar una emergencia de quemadura.
Aprovecho de felicitar a los BOMBEROS DE CHILE por su labor y servicio.
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